Desde la Revolución Industrial, las fábricas prefirieron instalarse en espacios urbanos. Esto se debe a que las ciudades aseguran un mayor consumo de productos, reciben migraciones del campo que sirven de mano de obra y, además, suelen contar con algunos servicios esenciales, como energía, transportes y comunicación.
Durante la primera y la segunda revolución industrial, estos factores, junto con las políticas estatales, favorecieron la rentabilidad de los propietarios de las industrias.
Durante el siglo XX, en Estados Unidos y luego en todo el mundo, se generalizó la producción masiva y en serie de bienes industriales de todo tipo, mediante la organización científica del trabajo (taylorismo) primero, y el fordismo, posteriormente. Así, las plantas industriales ocuparon grandes espacios y dominaron el paisaje urbano. El trabajo se ejecutaba sobre una cadena de montaje organizada en el interior de la fábrica, donde cada obrero especializado cumplía una tarea particular y repetitiva.
En América Latina, países como la Argentina, Brasil y México iniciaron tardíamente una industrialización liviana para sustituir importaciones. En estos casos, la localización de las fábricas tuvo lugar en los centros urbanos donde contaban con el capital, los servicios y la infraestructura.
Desde la década de 1970, tras la crisis del petróleo, el fordismo comenzó a mostrar síntomas de agotamiento, debido a que la producción masiva y el aumento de los costos dejaban escasas ganancias a las empresas. El modelo de toyotismo o posfordismo, surgió a partir de la Revolución científico-técnica, por la cual la innovación tecnológica e informática introdujo en las fábricas la automatización de las tareas que antes desarrollaban los obreros. Este modelo aumentó el beneficio para los propietarios y redujo la oferta de trabajo.
En la actualidad, con la globalización, hay una tendencia a la deslocalización industrial; la producción de mercancías destinadas a un mercado de consumo selectivo y cambiante se distribuye en diferentes países, buscando las mejores condiciones y las mayores ganancias para las empresas. Estos cambios tienen como consecuencia la descentralización de la producción industrial a través de una red de empresas multinacionales, responsables de la desindustrialización de las regiones donde antes se concentraban los complejos fabriles. Esto afecta las condiciones de vida y el trabajo de las personas, y a muchas las empuja al trabajo informal.
1. Averiguá qué es la rentabilidad. ¿A quién beneficia? ¿Se relaciona necesariamente con la generación de puestos de trabajo?
2. Investigá y explicá qué es la globalización.
3. ¿Qué pensás sobre el trabajo informal? ¿Por qué se genera? ¿Qué relación tiene con la globalización?
Algunos sitios para ampliar información:
https://www.cepal.org/es/publicaciones/2724-globalizacion-desarrollo
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