El desarrollo sustentable requiere que el manejo de los recursos respete los ritmos de regeneración de todas las especies vivas que habitan el planeta, de manera que pueda conservarse la diversidad biológica o biodiversiad. No sólo se busca conservar aquellas especies de las que hoy se conocen aplicaciones útiles, sino toda la variedad de vegetales, animales, microbios y recursos genéticos porque, es probable, que las generaciones futuras encuentren en ellos propiedades curativas o usos hoy desconocidos.
Para conservar la biodiversidad, los países y varios organismos internacionales han delimitado áreas naturales protegidas, esto es, áreas con escasa transformación humana que albergan ecosistemas con diversidad biológica o especies únicas y propias de un hábitat natural. Los parques nacionales son un tipo tradicional de estas áreas; la Argentina, Venezuela, México, Colombia y Chile cuentan con más de veinte parques en sus territorios.
En los últimos años, la UNESCO –una organización las Naciones Unidas– ha creado en varios países nuevas áreas, llamadas reservas de biosfera, para conservar especies y ecosistemas. En América latina y el Caribe, existen alrededor de setenta reservas de biosfera, de las cuales once se ubican en la Argentina.