Observá la siguiente fuente de un prestigioso historiador argentino que explica cómo eran las relaciones sociales en la vida cotidiana del territorio, en la primera mitad del siglo XIX. Luego, respondé a las preguntas.
Uno de los aspectos más interesantes de la vida familiar está relacionado con el parentesco ritual, es decir, con el compadrazgo. Esta vertiente del parentesco, tan extendida en el resto de Latinoamérica (y cuya importancia ha decaído enormemente en la región pampeana en nuestros días), era en la época de una fuerza enorme.
Todos, pobres y ricos, jornaleros y hacendados, hombres y mujeres, hacían uso del parentesco ritual como una de
las formas más usuales de acceder a protección y ayuda. Godofredo Daireaux nos lo recuerda en su viñeta
Compadres: “… don Anacleto… para ayudar a Dios a bendecir a su numerosa familia, sabía elegir con tino especial a los padrinos de sus hijos. Cada hijo, cada padrino es un compadre; y todos saben que, en la campaña, un compadre que se respeta y toma a lo serio su misión, es mucho más que un amigo, algo más que un
hermano… A don Anacleto, astuto y pobre como era, no se le podían escapar las grandes ventajas que le podía atraer el tener para compadres, gente de mayor fortuna que él…”.
Juan Carlos Garavaglia, “Ámbitos, vínculos y cuerpos. La campaña bonaerense de vieja colonización”, en
Historia de la vida privada en la Argentina, tomo I, Taurus, Buenos Aires, 1999.
a) ¿En qué consistía la relación de compadrazgo en la vida familiar de las primeras décadas del siglo XIX?
b) ¿Qué valor se le asigna a las relaciones de compadrazgo en la región pampeana? ¿A qué grupos sociales involucraba?
c) ¿En qué situaciones o circunstancias se ponía en práctica esta relación de compadrazgo?